sábado, 2 de febrero de 2013

CANARIOS REUNIDOS



Algunos guionistas tienen la suerte (o la desgracia, si son canarios) de contar con un trabajo estable, sujeto a horarios de oficina, generalmente en series o programas de televisión.

Hay mil maneras de tocarse los huevos en una oficina, y estoy seguro de que tarde o temprano desarrollaremos ese tema como se merece, pero mi consejo de hoy está orientado a un tipo diferente de guionista, tan abundante en estos tiempos de crisis:

Me refiero al guionista que está "a varias cosas", inmerso en varios proyectos a la vez, que si un posible guión de largo por aquí, que si una posible webserie por allá...

Cuando tu situación es esa, existe un truco muy sencillo que te permitirá procrastinar de lo lindo:

TEN REUNIONES.

Dicho así, es posible que os dé un poco de pereza. Algunos desaprensivos (europeos y gentuza de similar calaña) han contribuido a distorsionar el significado del "concepto reunión", provocando que a muchos de nosotros, al invocar dicha palabra, nos venga a la cabeza la imagen de una sesión ardua, intensiva, productiva, útil...

¡Que no cunda el pánico!

Al menos en nuestras latitudes, una reunión es algo muy distinto y consiste, básicamente, en ir a tomar unas cervezas con uno o más colegas, usando como excusa (o tapadera) "ese proyecto" del que se supone que tenéis que hablar.

¿Cómo quedáis mejor ante los demás? ¿Diciendo:

"Esta tarde me voy de cañas con unos amigos."

o diciendo:

"Esta tarde tengo una reunión para lo de la serie ésa." ?

La dinámica es siempre la misma, incluso fuera del ámbito del guión: Los sujetos se reúnen y, tras un par de cañas, comentan tres o cuatro asuntos de trabajo que podrían haberse abordado igual de bien en un mail o un par de whatsapps. Una vez pasado ese mal trago, que suele durar entre cuatro y nueve minutos, el resto de la jornada consiste en seguir bebiendo y - si la reunión es ambiciosa - picar algo.

Según tengo entendido, este modelo de reunión prolifera no sólo en nuestras islas afortunadas, sino también en el resto de España (exceptuando, quizá, a los catalanes).

Pondré un ejemplo de la vida real: 

Yo tuve el otro día una reunión para hablar sobre la creación de un blog de guionistas canarios. Dicha reunión transcurrió de la siguiente manera:

Los dos guionistas en cuestión quedamos en un bar y empezamos a pedir cañas como si no hubiera un mañana. Durante la primera media hora nos dedicamos a contarnos nuestras vidas, a hablar sobre amigos comunes... esas cosas. Esa fase de la reunión se conoce como "entrar en calor" y es tremendamente útil a la hora de esquivar las presuntas obligaciones laborales.

Tras ese período, que duró unas tres o cuatro cervezas, intercambiamos unas cuantas ideas sobre cómo enfocar el blog, sobre a qué otros guionistas intentar liar, etc. Esa segunda fase, que podríamos denominar "entrar en materia", duró una sola cerveza, puede que menos.

Tras ese intercambio de opiniones (que, como decía un poco más arriba, podría haberse solucionado con un par de mails o un mensajito de Facebook) nos dedicamos a charlar sobre otras cosas (durante otras tres o cuatro cervezas, aproximadamente). Podemos bautizar esta tercera fase como "distensión".

Como conservamos cierto sentido del pudor, durante esa fase de distensión muchas de nuestras conversaciones siguieron versando sobre temas audiovisuales. Por ejemplo: En cierto momento de la charla entró en el bar Pablo Carbonel, y ello derivó en los comentarios obligados ante una circunstancia como ésa: "Mira, es Pablo Carbonel. Es que vive en este barrio." Eso, por razones obvias, puede (y debe) considerarse una conversación sobre el sector audiovisual.

Aún diré más: Si bien en todas las profesiones está aceptada esta regla no escrita de "se dedicará el 90% de la reunión a perder el tiempo hablando de otras cosas", nuestro sector está especialmente legitimado para abusar de ese recurso. Y todo gracias a ese rollito de la creatividad, de que no se le pueden poner riendas a la imaginación, de que la inspiración no entiende de horarios que la constriñan, de que es bueno que los integrantes del equipo compartan vivencias y anécdotas para poder compenetrarse más a la hora de crear... En fin, toda esa mierda maravillosa de una profesión maravillosa que ha aprendido a cubrirse las espaldas con palabras tan maravillosas como "brainstorming".

Aun así no es conveniente bajar la guardia. Existen trucos sencillos para proyectar una mínima imagen de seriedad, una impresión de que en verdad hemos quedado para tratar temas importantes.

Para empezar, no cuesta nada poner en tu estado del Whatsapp: "REUNIDO". Incluso podéis complementarlo con algún emoticono que imprima cierta gravedad. En la carpeta del icono de la campana, por ejemplo, tenéis muchos dibujos de papel y boli, utensilios de oficina, gráficas de estadísticas...




Tampoco es mala idea llevar a la "reunión" un cuaderno.

¡No os asustéis! ¡Tranquilidad en las masas!

No vais a tener que utilizarlo demasiado. Basta con que, en un momento dado, lo abráis y escribáis algunas líneas en él. Muy poca cosa: El tema de la reunión, los tres o cuatro puntos que se supone que tenéis que tratar... Ni siquiera tendréis que desarrollarlos, ni anotar las conclusiones que vayáis sacando. Una vez hecho el paripé, el cuadernos se puede quedar ahí muerto de risa. En todo caso, subrayar de vez en cuando alguna de las palabras que has escrito al inicio, como por inercia.

Aquí tenéis un ejemplo de cómo podría ser una página-tipo de un cuaderno en una reunión de guionistas estándar:




(Como véis, también está permitido añadir algún que otro dibujo chorra.)


Es muy efectivo, ¡en serio! Hace que incluso tú mismo llegues a creerte que has ido a ese bar, a ese Starbucks o a la casa de ese colega a currar de verdad.

Espero que estos breves apuntes os resulten útiles. Sois guionistas y, por lo tanto, socialmente endogámicos. La mayor parte de vuestras amistades son gente "del mundillo". Proponedle a cada uno de esos amigos desarrollar un proyecto con vosotros. El trabajo en equipo mola mucho, dos mentes piensan mejor que una y bla, bla, bla... En el fondo todos sabemos que elegimos trabajar en compañía para tener ese tipo de "reuniones". Cuantos más proyectos con otra gente tengas entre manos, más horas pasarás en los bares a lo largo de la semana. De cara a la galería, serás un tipo emprendedor, muy dinámico, siempre metido en mil cosas, siempre sembrando, siempre trabajando en mil frentes distintos.

La mayor parte de esos proyectos jamás verán la luz. La cerveza y la productividad son enemigos íntimos. Pero seamos sinceros: Nadie espera que vuestros proyectos salgan adelante. Por una cuestión casi metafísica, el destino natural de cualquier proyecto audiovisual es "acabar en nada". Los proyectos que realmente salen adelante son incómodas - e inexplicables - excepciones.

Aún quedan muchas cosas interesantes que quisiera explicaros sobre este noble arte, pero ahora mismo no tengo tiempo para ello. Tengo una reunión dentro de una hora y...

5 comentarios:

  1. Aporto datos: soy guionista canaria en Cataluña y aquí las reuniones son exactamente igual de fructíferas… aunque, además, aprovechamos esos ratillos para rajar un poco el trabajo de otros compañeros que sí han conseguido colocar un proyecto. Otra cosa no, pero cuando salimos de allí nos sentimos los guionistas más listos del país y seguros de que vamos a forrarnos el día que terminemos el proyecto… sea cuando sea ese día…

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  2. Bienvenida, Zebina! Siéntete libre para hablarnos siempre que quieras, aportando toque femenino, y aportando también ese toque de "corresponsal en Cataluña"!

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  3. Y lo mejor es que si se guarda el ticket, se le puede pasar la factura al productor como "Dietas".

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  4. A mí lo que me encanta de la entrada es que está basada en hechos reales xDDD

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