martes, 5 de marzo de 2013

CÓMO PROCRASTINAR SIN QUE SE NOTE: SESIONES DE BRAINSTORMING.




Si curras para la tele (en programas de entretenimiento o en ciertos contenidos de ficción) es muy posible que tus dueñ jefes te sometan a una de las torturas más jodidas que se le pueden inflingir a un guionista: Obligarle a currar en la oficina.

El de los guionistas es uno de los gremios más procrastinadores que existen. No hay nada más cruel que coger a seis u ocho de ellos y obligarles a permanecer en la sede de una cadena o productora durante ocho, diez, doce horas.

Cuando se dan estos casos, es muy normal que pases el 90% del tiempo realizando una práctica que sería maravillosa y divertida de no ser porque es una puta mierda: El brainstorming.

La práctica del brainstorming consiste que encerrar a un grupo de guionistas en un recinto (en el que únicamente falta un neumático colgando del techo pa que los chimpancés se columpien) ... y pornerlos “a pensar”.

Es un proceso que tiene sus ventajas, no lo niego, pero eso lo dejamos para otros blogs de guión. En “Guionistas de Canarias” lo único que nos importa es dejar claro que INCLUSO en una sesión de brainstorming se puede procrastinar de lo lindo.

Es muy posible que otros guionistas me asesinen en breve porque estoy a punto de revelar técnicas secretas, como Bruce Lee. Os traigo unos trucos muy sencillos para tocarse los huevos en una sesión de brain sin que se note... o notándose, claro, pero no de manera insultante:

- APROVECHA LOS SILENCIOS: 

Una buena sesión de brain está repleta de momentos en los que todos permanecéis en silencio, mirando al suelo, al techo, poniendo los ojos en blanco... Al principio resulta realmente incómodo. La tensión se puede cortar con un cuchillo. Más adelante comprendes que esos silencios están asumidos como “parte del proceso creativo”.

Os contaré un secreto: No es necesario invertir esos silencios en buscar ideas y soluciones para tu programa o serie. Puedes usarlos para pensar en tus cosas: ¿Qué bar te apetece visitar hoy? ¿Qué piensas hacer con tu novia esta noche? ¿Qué hará JJ Abrahams con Star Wars? ¿A cuántos grados de separación está Kevin Bacon de Chus Lampreave?


Si pudieses leer la mente de tus compañeros, te darías cuenta de que ellos están haciendo lo mismo.

Todos sois guionistas. Todos sabéis que estáis de acuerdo en que no queréis trabajar, aunque no podáis decirlo en voz alta. En esos momentos se establece una complicidad tácita entre vosotros similar a la de dos padres de familia que se encuentran en el puticlub del pueblo.

Basta con proponer una idea estúpida de vez en cuándo y así fingir que llevas todo ese rato estrujándote las neuronas. Sólo has conseguido llegar a esa idea tan tonta, qué pena.

A veces sentirás la tentación de quedar bien aportando una buena idea, o incluso una idea brillante. ¡No lo hagas! Si propones algo útil, romperás el bucle de silencio incómodo. Tus compañeros te odiarán... tú mismo te odiarás... ya que por culpa de tu puta idea ahora tenéis algo con lo que trabajar, y es complicado escaquearse cuando se tiene buen material entre manos.

Las ideas útiles hay que distribuirlas de manera equilibrada a lo largo de esa interminable jornada laboral. Si empezáis a soltar todas las buenas ideas al principio de la jornada, en menos de una hora tendréis una versión de puta madre y os quedarán otras siete, ocho, nueve, diez horas de marear la perdiz, de reescribirlo, descafeinarlo probando “enfoques alternativos”, etc.

Os aseguro que no queréis pasar por eso. Además: Todos sabemos que, por mucho que te curres la versión, luego llegará un director o un productor ejecutivo a tirarla abajo alegando cualquier detalle estúpido, y el coordinador de guión tendrá que reescribirlo entero en diez minutos.

- EL TRUCO DE LOS DESCARTES INVISIBLES:

Se trata casi de un corolario a la anterior. Un plug-in, un añadido que te hará quedar mejor cuando rompas momentáneamente el silencio interminable para proponer tu idea de mierda.

Es muy sencillo: Cuando expongas esa idea y tus compañeros respondan a ella con un inevitable silencio elocuente, simplemente añade que eso es lo más decente que se te ha ocurrido de momento, que has sopesado varias ideas más, pero las has descartado.

Ya está. Nadie te pedirá más explicaciones. Todos saben que es mentira, pero ninguno lo cuestionará, porque todos saben también que quizá el próximo día, o la próxima hora, serán ellos los que necesiten recurrir al truco de los descartes y necesitarán que seas tú el que lo acepte sin rechistar. El “truco de los descartes invisibles “sobrevive gracias a la solidaridad inter-vagos.

- CUIDA TU LENGUAJE CORPORAL:

Importantísimo. Muchos guionistas descuidamos este aspecto, y así nos va. Nos sentamos de cualquier manera, con las piernas encima de la mesa o con las manos detrás de la cabeza, como si una actriz porno nos estuviese haciendo una mamada. Error.

Existen ciertas posturas (o postureos) que te ayudarán a aparentar una actitud más profesional, más implicada.

Está, por supuesto, el clásico de mirar al infinito mientras te acaricias la barbilla. Ése es sin duda el “mate pastor” del postureo.

También es muy efectivo levantarse un rato y empezar a caminar a pasos lentos, con las manos a la espalda. Hay que cuidar la cadencia, como dando la impresión de que con cada paso avanzas también otro pasito en tus deducciones internas. Evidentemente, no tienes por qué estar deduciendo nada. Podrás, una vez más, dedicarte a pensar en tus propias cosas.



Si trabajáis escribiendo estupideces en una pizarra, es muy agradecido acercarse a esa pizarra y quedarse contemplándola como si fueras el puto Tom Hanks en El código Da Vinci. Darás la impresión de estar concentrado buscando vínculos entre los conceptos, reorganizando pulsos, resolviendo el teorema de Fermat. La dichosa pizarra se inventó para eso. No sirve para ninguna otra cosa.

Otro método bastante efectivo consiste en crearte un tic. Algo como jugar con las llaves de tu casa, o golpearte la mano con el boli de manera rítmica. Conseguirás que los demás asocien ese tic con el hipotético (e inexistente) proceso de reflexión; de darle vueltas al problema en tu cabeza.

- VE AL BAÑO.

Ir mucho al baño es una técnica bastante eficaz para escaquearte, y también te ayudará a fragmentar y estructurar tu jornada, haciéndola psicológicamente más soportable.

No siempre será factible simular problemas de próstata, así que todo guionista bien formado deberá conocer otras maneras más depuradas de incrementar su número de visitas al aseo. Esto no os lo enseñan en el máster de Globomedia, pero yo soy tan guay que os lo voy a contar gratis:

Si la jornada es lo suficientemente larga, es aceptable que vayas dos o tres veces a mear. Puedes ampliarlo con una o dos meadas extra si consumes alguna bebida diurética (té, por ejemplo. De hecho, puedes matar dos pájaros de un tiro perdiendo tiempo con eso de “ir a la máquina de café”. Si alguien te pregunta, necesitas ese té o ese café para espabilarte y poder pensar mejor) y puedes conseguir una visita adicional al baño con la excusa de ir a lavarte los dientes después de comer. Los guionistas más virtuosos recurren también a la artimaña de dejarse la pasta de dientes olvidada en el lavabo, intencionadamente: así tendrán un motivo para volver a peregrinar hacia el excusado.

Si curras en una tele o en una productora grande, es muy posible que tengas un cuarto de baño cerca de tu sala de brain, pero haya otro (u otros) mucho más lejos, en el extremo opuesto del edificio. Es de vital importancia que encuentres excusas convincentes para darte un largo paseo hacia el cuarto de baño más lejano: Estaban limpiando el otro, o estaba ocupado, o alguien ha cagado y huele a mierda... Puedes ir pensando en ello mientras simulas que trabajas en los silencios incómodos del primer apartado.

- IR A COMPROBARLO.

Esto es casi una exquisita y sofisticada evolución de la técnica de “ir al baño”:

En algún momento del brainstorming, tus compañeros y tú marearéis la perdiz, andando en círculos alrededor del problema, en lugar de afrontarlo directamente.

Pondré un ejemplo práctico:

Imaginad que tenéis que hacer chistes sobre Falete. Os pondréis a enumerar los posibles ángulos por los que atacar el asunto: ¿La gordura? ¿El travestismo? ¿Prensa del corazón? Entonces alguno de vosotros dice: “Falete es andaluz, ¿no?” y en ese momento... el que tenga mejores reflejos, mejor capacidad de reacción, anunciará:

Voy a comprobarlo.

Los demás asesinaréis con la mirada a ese cabrón afortunado, odiándole y envidiándole, porque se os ha adelantado. Porque “ir a comprobarlo” implica subir a la redacción (o bajar. Depende de dónde esté vuestra sala. Esto del guión no es una ciencia exacta), sentarte al ordenador y... seamos sinceros: De los diez minutos que vas a pasar frente a ese monitor invertirás unos pocos segundos en googlear al puto Falete. El resto del tiempo lo dedicarás a consultar tu mail, mirar tu Facebook, ver si algún imbécil ha dicho algo ingenioso en Twitter, enviar tu currículum a los de la competencia o echar una partida rápida al Bubble Shooter, con la esperanza de poder ser ministro algún día.

En todo proceso de brainstorming hay decenas, centenares de datos innecesarios susceptibles de “ir a ser comprobados”.

Los guionistas con más experiencia conocen artimañas que no están al alcance de un “junior” o un becario, como introducir ellos mismos en la conversación el interrogante que pretenden ir a comprobar.

(Actualización: Me recuerda uno de mis antiguos jefes que ahora con los smartphones esta técnica se ha jodido. Gracias a Dios, el smartphone ofrece maneras de procrastinar que darían para otro post entero)


- SACA EL TEMA DE “LOS SIMPSONS”.

En ciertas ocasiones, las buenas ideas surgen y existe riesgo de que tengáis que poneros a trabajar en serio. Si eres un compañer@ medianamente experimentado, sabrás detectar estos puntos calientes y disolverlos de la única manera que funciona al cien por cien:

Escucha la idea que está proponiendo el hijoputa y añade: “¡Ah! Como en aquel capítulo de los Simpsons en el que Hommer etc, etc, etc...” No te costará demasiado trabajo establecer la comparativa, porque TODO lo que pueda decir un ser humano recordará inevitablemente a algo que ya hayan hecho en Los Simpsons.


Con otras series no siempre te va a funcionar, porque los guionistas son un gremio muy dividido. Los hay que prefieren a JJ Abrahams y los hay que prefieren a Aaron Sorkin. Los hay que se corren con la HBO y los hay que te dan la brasa con el puto Breaking Bad. Los hay que opinan que Los Soprano es mejor serie que The Wire y los hay que directamente son imbéciles. Por eso nunca tendremos un sindicato de verdad.

Pero escuchad lo que os digo: El único nexo común, lo único que une e iguala a TODOS, TODOS, TODOS los guionistas del mundo es que TODOS, TODOS, TODOS son fans de Los Simpsons. Una vez que has comparado lo que ha dicho tu compañero con algo de Los Simpsons, habrás empujado la primera ficha de dominó: Rememoraréis ese episodio, recitaréis los diálogos de memoria, y de ahí pasaréis a otro episodio, y a otro, y a otro más. Porque hablar de Los Simpsons es como comer pipas, o como ir de un enlace a otro visitando páginas porno.

- RECICLA.

No me refiero a reciclar la basura. Muchos guionistas son, por definición, demasiado cínicos para creer en las causas ecologistas, y eso hay que respetarlo.

En realidad me refiero a... ¡coño! Pues sí, en el fondo estoy hablando de reciclar basura: Muchas veces en un equipo de guión se tienen ideas que finalmente no encajan en el programa o en la serie, cosas que “se caen” a última hora.

Y nada es más compatible con la filosofía del guionista que aprovechar un trabajo que ya tienes hecho y encajarlo con calzador en donde sea.

Una pequeña sugerencia: Cuando se os ocurra reciclar una idea del pasado, no lo propongáis inmediatamente. A veces los otros guionistas fingen tener pundonor, y te salen con eso de que es mejor intentar sacar material nuevo en vez de usar ideas de segunda mano que, por lo que sea, ni siquiera funcionaron en su día.

No...

Aguarda un poco... deja que tu jefe se desespere... deja que los minutos de silencio y los callejones sin salida le minen la moral... Sólo entonces, cuando se acerca el plazo de entrega y habéis conseguido que el coordinador esté desarmado psicológicamente, saca a relucir la posibilidad de reciclar aquella mierda que se quedó fuera del guión definitivo hace dos meses. En ese estado de desesperación, el jefe ya no tendrá fuerzas ni dignidad para rechazarlo. De hecho, todos acogeréis con alivio esa oportunidad de salir del marrón con la cabeza gacha, por la puerta pequeña.

Y, BUENO...

Éstas son, en mi opinión, las principales técnicas de procrastinación a la hora de trabajar en equipo. ¡Aquí tenéis la ventana de comentarios para ampliar la lista! Decidme, ¿cuáles son las vuestras? (en otras palabras, que me da pereza continuar el post y voy a intentar escaquearme haciendo que lo terminéis vosotros)


4 comentarios:

  1. - Esperar a que lo confirme el Jefe.

    Aprovechando que con algunos temas es necesario una supervisión, cortar el proceso creativo diciendo "es mejor ver que piensa el jefe antes de seguir por esa vía" y reiniciar todo el proceso, dejando la idea inicial en barbecho.

    En el peor de los casos, el Jefe dirá que no, pero propondrá una idea mierdosa nueva con la que trabajar. Él habrá hecho tu trabajo y tendrás una excusa para justificar que la calidad sea baja.

    ResponderEliminar
  2. ¡¡Muy, muy cierto, Papita!!
    Además, lo bueno de ésta es que sirve para todos los escalafones: El guionista de a pie espera a que confirme el coordinador, el coordinador espera a que confirme el director, el director espera a que confirme la cadena...

    ResponderEliminar
  3. Buenazo!!!! me he divertido mucho leyéndolo! Habla un colega de Lima, Perú, escritor de series para tv.

    ResponderEliminar
  4. me encantó... pero yo no tolero los Simpson! :(

    ResponderEliminar