lunes, 1 de abril de 2013

La Semana Santa

Tenía una entrada preparada para la vuelta de vacaciones.

Una gran entrada de proporciones cósmicas, con una moraleja única e irrepetible, miles de referencias y una de esas narrativas de las que se utilizan más adelante en las escuelas como ejemplo a seguir.

Pero no tuve tiempo.

Me fui con mi novia a Portugal y realmente NO TUVE TIEMPO.

Salimos el domingo por la mañana camino a Oporto, una bonita ciudad aunque demasiado consumida por el turismo. Me sentía como en casa, paseando por las Canteras, pero sin playa.

Esa misma noche cenamos en otra ciudad, Aveiro. Más bonita, con góndolas para los turistas y, en definitiva, poco más que ver. Cenamos ligero y yo iba con mi portátil, dispuesto a escribir el esquema para dicha entrada, para ir adelantando trabajo. El problema es que nos perdimos de camino al hotel y llegamos muy tarde. Era un complejo hotelero de estos que recuerdan a los más cutres de Maspalomas, y digo lo de cutre porque el wi-fi no llegaba a la habitación.

Llegamos reventados de tanta carretera y, después de vernos el último de House of Cards no tenía fuerzas para ponerme a escribir.

El día siguiente nos tocaba madrugar para echarnos de nuevo kilómetros a la espalda (conducía mi novia, pero ir de copiloto SÍ que es agotador) hasta Coimbra. Para mí, la ciudad más bonita de Portugal. Tiene la universidad más antigua del país, un poco más joven que la de Salamanca y tiene una impresionante biblioteca en la que ¡vive una colonia de murciélagos! para alimentarse de los insectos y que estos no estropeen los libros de siglos de antigüedad ¡Quien diría que iba a aprender algo en vacaciones!

Después comimos en un pueblo de camino, un rancho portugués riquísimo por sólo 5.50€. Sin duda lo mejor del viaje. Por desgracia no pudimos parar más tiempo y tuvimos que entrar de nuevo en la carretera. Estaba inspirado para escribir la entrada, pero no pudo ser...

El resto del día fue apasionante. Fuimos a Estela da Siera, la cordillera montañosa más alta de Portugal, y fuimos hasta la cima, donde había una tormenta de nieve impresionante. La nieve virgen se amontonaba a los lados de la carretera y tenía más altura que el propio coche ¡Menuda lección nos da a veces la carretera! Salimos y nos sacamos alguna que otra foto en la nieve, aprovechando que eso no se ve en Canarias salvo, como mucho, cuando los chicharreros se dan cuenta que el Teide es muy alto y subir a golisnear.

Impresionante.

Pero claro, no pude sacar tiempo para escribir en ningún momento.

Por la noche, buscamos un hotel y nos quedamos en un sitio cochambroso donde se fue la luz a las 11:30. Fuimos a buscar alguien a recepción, pero no había nadie, así que lo único que pudimos hacer era asumir que no teníamos luz, mover la cama a la puerta para evitar que alguien hiciera una sesión de rol en vivo de La Matanza de Texas o lo portugués y seguir a lo nuestro. Imaginaros mi frustración. Por fin tenía espacio y tiempo para escribir ¡Y se va la luz! La batería del portátil tenía algo de carga, pero no me iba a dar para escribir mucho, así que tuve que elegir ¿Vernos el último de Girls o escribir?

Fue una dura decisión.

A la mañana siguiente reclamamos por lo de que se había ido la luz y conseguimos que nos devolvieran 10 euros (algo es algo) antes de seguir nuestro camino. Fuimos a nuestra última parada en Portugal: Monsanto, pueblo elegido hace la torta como el "pueblo más portugués de portugal" por lo que esperaba ver un montón de mujeres con bigote, pero no fue así.

Monsanto es un pueblo construido entre rocas. A veces una casa estaba entre dos piedros redondos gigantes, a veces el piedro formaba el techo de otra, etc. Era un pueblo muy pequeñito, pero realmente precioso ¡Muy recomendado! Ya que estábamos ahí, firmamos una petición para que retiren las antenas de telefonía que están construyendo en el pueblo, pese a que la zona sea Patrimonio de la Humanidad. Un escándalo, vamos.

Luego nos fuimos de Portugal con mucha pena y gratos recuerdos. Nuestra siguiente parada, ya en territorio español era el Valle del Jerte. Vimos muy pocos cerezos en flor, pero las vistas del terreno son suficientes ¡Precioso! Visitamos varios pueblos, compramos un cerezo, embutidos y queso a montones y nos dirigimos a la finca que los padres de mi novia tienen en La Vera. Llegamos a media tarde y ya tenía tiempo y ganas de escribir la entrada.

Por desgracia, no tuve tiempo. Me ocupé de mis otros quehaceres, como jugar a Juego de Tronos o Twilight Struggle y no pude hacer mucho más. Una lástima.

Y eso es todo ¡Espero que hayáis disfrutado la entrada!

PD: Y con esto concluye mi clase práctica sobre cómo usar tu trabajo como excusa para contarle tus vacaciones a los demás. Y dad gracias a que me ha dado pereza subir fotos.

3 comentarios:

  1. ¡Jajajjaja! ¡Soberbio! ¡Me lo he tragado enterito y sin rechistar! XD XD

    ResponderEliminar
  2. Para que luego digan que las técnicas de guión no se pueden usar en la vida real ¿eh?

    ResponderEliminar